Me quedo aquí, escribiéndote y al lado del teléfono esperando a que suene, me quedo escuchándote y hablándote, contándote mis penas y mis alegrías, ya he perdido la noción del tiempo, la alegría corre por mis venas y el cielo está gris. Sé que algún día mis pies van a tocar Huelva, y por lo pronto no necesito nada más, la música y mi gente, esté cerca o esté lejos. Me he dado cuenta de que te necesito, y de cualquier forma, me da igual si en persona que cibernética, que sea por tu voz o por tus señales de vida, me da igual, pero de alguna forma, yo te necesito, y tú me necesitas.
Lo cierto es que las dos nos hemos acostumbrado a una vida un tanto distante, pero también cercana, nos hemos acostumbrado a ser nuestros pequeños diarios, a decirnos todo mediante un blog, pero sin embargo no hemos dejado de intentar mantener la sonrisa por todos los medios, yo sonrío aquí, y tú allí, pero la una por la otra. Nunca te he visto llorar, pero odio que lo hagas. Porque algunas veces, no nos merecemos los problemas, y estamos aprendiendo a llevarlos bien.
Un buzón de correos también me sirven para llenar mis manos de tu olor, que desconozco. Y una foto que tapa mi cara pegada en tu pared.
Es bonito todo esto, ¿no?
De nat que te quiere de una forma muy especial <3